martes, 26 de mayo de 2020

MIÉRCOLES 27 DE MAYO DE 2020

Hoy leeremos poesía y también la escribiremos. Estudiaremos la rima en algunos poemas y buscaremos palabras que rimen.

En matemáticas haremos cálculo y operaciones, veremos los complementarios del 10 y los del 100.

En ciencias sociales jugaremos con los meses del año y haremos una manualidad con los meses del año también.

Sin lugar a dudas, desde temprana edad es recomendable que a los niños se les inculque el amor por la literatura. Esto se puede conseguir no solo a través de cuentos o fábulas sino también mediante las numerosas poesías infantiles que existen.
Precisamente con esos versos además de apasionarse por la lectura disfrutarán de otra serie relevante de ventajas tales como ampliar su vocabulario, ejercitar la memoria o mejorar su comprensión lectora, entre otras cosas.
            
 Arbolé, arbolé

seco y verdé.   F.G.Lorca                                                                                             
La niña del bello rostro
está cogiendo aceituna.
El viento, galán de torres,
la prende por la cintura.
Pasaron cuatro jinetes
sobre jacas andaluzas
con trajes de azul y verde,
con largas capas oscuras.
«Vente a Córdoba, muchacha».
La niña no los escucha.
Pasaron tres torerillos
delgaditos de cintura,
con trajes color naranja
y espadas de plata antigua.
«Vente a Sevilla, muchacha».
La niña no los escucha.
Cuando la tarde se puso
morada, con luz difusa,
pasó un joven que llevaba
rosas y mirtos de luna.
«Vente a Granada, muchacha».
Y la niña no lo escucha.
La niña del bello rostro
sigue cogiendo aceituna,
con el brazo gris del viento
ceñido por la cintura.
Arbolé arbolé

seco y verdé.

               
A un olmo seco. Antonio Machado.       
 Al olmo viejo, hendido por el rayo

y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina

que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores

que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera

va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,

con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas de alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,

otro milagro de la primavera.  
       PREGÓN Rafael Alberti.

La primavera ha venido,
colgando las golondrinas
un libro de cada nido.
La paloma equivocada
hoy ya no se equivocó,
leyendo a la madrugada.
Y el saltarín gorrión,
saltando a saltitos, quiso
seguir también la lección.
Pero el asno preocupado
quiso leer el Quijote,
comiéndolo de un bocado.
El sabiondo elefante,
a trompazos con su trompa,
recito a Homero y al Dante.
El lobo feroz se cita
con un librero y le compra
un cuento a Caperucita.
Y aquí se está lo más bonito:
una pulga un diccionario
le regala a Pulgarcito.
La rosa también leyó,
pero el llegando la noche,
ya cansada, se durmió.
Todos los peces quisieron
también leer, y al compás
de las espumas leyeron.
Y el sol y la noche oscura
pasaron toda la noche,
hasta el alba de lectura.
Y hasta la Pájara Pinta
leyó y quiso hacer un libro,
pero se manchó de tinta.

                           




No hay comentarios:

Publicar un comentario